sábado, 2 de marzo de 2013

Que mi nombre sea olvidado.

Entre pluma, papel y nicotina me pongo a pensar qué fue de todos aquellos guerrilleros, los que dieron la vida por lo que hoy, de momento, podríamos considerar como nuestro.
Sus nombres nunca llegaron a pasar a la historia, se perdieron sus memorias, pero si nos quedaron los nombres y recuerdos de los que llevaron a la mierda lo que ellos consiguieron.
Los proletarios murieron, sus actos no, aunque cada día traten de asesinarlos a punta de cañón.
Tratan de silenciarnos poniéndole bozales a nuestros megáfonos y una vez más seremos los olvidados, pero orgullosos de ser los que luchamos.
Ojalá algún día sea de esas de las que su nombre quede olvidado en el pasado.
Recordaremos siempre el apellido Fabra y Cantó pero rápido olvidaremos a Ernesto y Alfon.
A mí que me entierren entre martillos y hoces , con bandera tricolor , que mi historia pase sin más dilación al pasado como aquellos que dieron su vida por nuestra nación.






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