miércoles, 24 de julio de 2013

Contaminada libertad

Tormentas de sal que acunan este enjambre de brillante lodo, de estruendoso pastizal.
El hombre, causante de maldades caóticas, de efímeras desdichas que aumentan con las canas, para luego una a una caer al son de un requiem de infectuosa soledad. O tal vez realidad.
Lluvia, tormenta, truenos, rayos y relámpagos acompañando a millones de gotas enfurecidas que se estrellan contra el petróleo terráqueo inventado por el homo sapiens.
Ellas , aunque furiosas, conocen el don de la liberté, aquella, que oh nosotros humanos, tratamos de amordazar.

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