lunes, 8 de julio de 2013

El espejo de los miedos.

+ No quiero mirarme al espejo. No me gusta. Me da miedo.
- Venga no me jodas tia, ¿te has vuelto una superficial?
+ No. Sabes bien que no me importa el aspecto físico de las personas. Me da igual. Pero tengo miedo a mirarme al espejo. No es miedo a una apariencia física. Es miedo a lo que hay detrás de ese montón de carne y huesos. Es miedo a lo que reflejan mis ojos. Es miedo a la hipocresía de la sonrisa que dibuja. Es miedo a la inexpresión. Es miedo a una mirada fría, vacía.
El espejo es el fiel reflejo de los miedos. No engaña. Lo que está ahí está. Es el espejo quien te lo hace ver. No puedes modificarlo. No puedes engañarle. Por eso le tengo miedo. Le tengo miedo porque sé qué es lo que me voy a encontrar, y el resultado no me gusta. y el espejo no se encarga de maquillarlo, no.
A diferencia de las personas, el espejo no miente. Cuenta hasta las más crueles verdades con solo ojearle. No trates de huir, pues el espejo siempre estará ahí, acechando, esperando a que un día vuelvas a mirarte y te muestre todo lo que sientes, todo lo que vives, todo lo que eres.
¿Crees que mirarse al espejo siempre es malo? No. No siempre lo es. Pero ego por el momento, no quiere mirarse al espejo.

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